La verdad dormida en el unicornio despertó
al atravesarme, puñalada feroz con su cuerno de plata.
Entre la arena de un paraíso estelar,
como polvo de estrella escondido, sonó
el último grito que agrietó el sentimiento,
convirtiéndolo en sollozo.
Soy violín desgarrándome en notas,
rompiendo el silencio, invadiendo la palabra
no dicha con este gemido de cuerdas,
mis arterias expuestas a golpe de arco
hasta que me veas/ escuches, hasta que me suenes
con tus dedos pulsando mis fibras.
Yo, tu lienzo inacabado, ahora te empujo,
caemos como dos gigantes verdes, inertes,
abrazándonos las ramas, fundidos, raíz a raíz
y la tierra fértil, infatigable, pariendo rosas
para que no nos falten nunca en nuestra almohada.
Este fuego de agua que hoy irrumpe nuestras mejillas,
versus, estas fuentes de lava rebasándonos el pecho
llueven más, sabiendo que en el centro de la razón
nos asalta el signo interrogativo, y la respuesta ahí,
flotando en los charcos de nuestra mirada.
H de L
* Imagen- LUIS ROYO.
5 comentarios:
Un poema cargado de imagenes, y que lo hacen trepidante, lo mejor, los ultimos versos.
Enhorabuena preciosa.
Este poema es una catarata de emociones.
Tiene fuerza en cada verso desde el despertar hasta el último charco.
Besos.
Frente a vuestras miradas los charcos aguardan; frente a vuestras miradas nuestros silencios aguardan las palabras que son notas de ese violín.
Beso.
rebosan sentimiento, pasión, tensión... y este instante suspendido en el charco de sus miradas, lo mejor.
Es una delicia y placer leerlo, volverlo a leer, una y otra vez.
Un abrazo..!!
Qué lindas palabras, acertadamente conjugadas. Te felicito por este blog. Ya tienes un nuevo seguidor! :)
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